El tema me lo sugirió una mamá preocupada porque su hijo no toma agua. Solo quiere refrescos y jugos todo el tiempo y le asegura que le alimentan más que el agua. Ella vive cerca de una lugar donde venden refrescos dispensados y si bien le resulta más barato y asequible su adquisición, sabe perfectamente que estos no son la mejor opción y mucho menos la más saludable para las y los infantes.
En verdad, rara vez pensamos en el agua como alimento, y sin embargo, en la primera infancia su ingestión es básica, diríamos indispensable Además, el cuerpo humano está constituido por casi un 75% de agua y esta se pierde rápidamente a través de una diarrea o de vómitos seguidos. Por tanto, ¡atención! A reponer toda el agua que el o la menor pierda.
Alimento perfecto, pues sí, aunque muchos no lo crean. Tampoco es muy sabido que el agua en sí, es la sustancia que más abunda en el cuerpo, interviniendo en el ingreso y expulsión de la orina, el sudor, las lágrimas.
El vital líquido tiene una proporción natural de componentes minerales que contribuyen al crecimiento infantil participando en la formación de los tejidos del organismo. De modo que el o la infante para nutrirse bien debe beber agua normalmente ¡en modo alguno suprimirle o racionarle su ingesta a sus caprichos o el nuestro.
Mientras el bebe esta lactando, la necesidad de agua es menor porque la leche materna tiene un perfecto balance en casi un cien por ciento de los casos, pero con la lactancia artificial no ocurre lo mismo y mucho menos en el momento del destete.
Aunque no aporta calorías ni vitaminas, el agua es esencial parea la vida. Les pongo un ejemplo. El cuerpo del bebé está constituido en un 60 por ciento de agua, lo que indica la importancia de garantizarle el vital líquido en cantidades adecuadas. Por eso, cuando por alguna afección digestiva pierde más de medio libro de la que debe contener su cuerpo, se deshidrata y su vida peligra.
A medida que crece, instintivamente el niño o niña se percata de la importancia que ese líquido tiene para su existencia y en las de las personas que lo rodean. Incluso, cuando quiere mostrar su protección hacia un animal, lo primero que piensa es en darle agua. Por otra parte, esta ejerce en los niños y niñas una gran fascinación. Gustan de jugar con ella, verla caer cuando llueve y hasta de bañarse bajo un torrencial aguacero si le dan el chance.
Eso sí, el agua debe ser totalmente potable, es decir, idónea para la salud, por lo que se aconseja hervirla sistemáticamente. Y esto vale tanto para los menores como para los adultos.
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