, Año 64 de la Revolución______________________________

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Historia de una infamia

Año 2020. Estados Unidos se ha visto convulsionado las últimas semanas por manifestaciones, marchas, concentraciones y protestas de ciudadanos de toda la Unión que repudian el asesinato el 25 de mayo último de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis y se pronuncian contra la brutalidad policiaca hacia la población negra y las minorías étnicas.

Año 1953.Un parte extraordinario de la televisión norteamericana interrumpía el juego de pelota entre los yanquis de Nueva York y los Tigres de Detroit  para dar a conocer la noticia. Tras un proceso que duró  tres años, el histerismo de la guerra fría desatado en Los Estados Unidos, condujo a los esposos Rosenberg a la silla eléctrica. Era la noche del 19 de junio 1953 y el presidente Eisenhower había rechazado la última demanda de perdón a favor de ellos.

Fiel a su papel de gendarme internacional, el imperialismo inscribió en las páginas de su nefasta historia, uno de los crímenes más repugnantes perpetrados en el mundo. Y convirtió a los esposos  Rosenberg en las primeras víctimas del fascismo  norteamericano.

El triunfo obtenido por el  Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial desató una furibunda campaña anticomunista destinada a aislar a la URSS. El escándalo atómico urdido por el FBI comenzó en Gran Bretaña tres años antes, con la supuesta confesión de un científico de haber proporcionado secretos atómicos a la otrora Unión Soviética.

El llamado “escándalo Fuchs” se convirtió en un eslabón importante de la guerra fría. Ya este individuo había repetido la misma patraña, por lo que los Estados Unidos aprovecharon la coyuntura para hacer ver que el secreto había sido robado de esa nación. El susodicho, dijo haber dado información a los soviéticos acerca de la bomba A. Historia ya repetida por él y de la que Washington se valió para “certificarla” y arreciar la “guerra fría”. Otro componente esencial de la trama contra los Rosenberg fue David Greenglas, hermano de Ethel, quien había prestado servicios en esa planta y, atemorizado por el complot urdido la implicó a ella y a su cuñado en la trama.

El 31 de enero de1951 comenzó el juicio contra la pareja. Con el fin de procurarse el perdón Greenglas firmó cuanta confesión le proponían, al extremo de involucrar a su propia hermana y a su cuñado en el complot preparado. Acusó a Julius de supuesta militancia comunista y de ser el jefe de una red de espías atómicos. Dijo, además, que su hermana Ethel había pasado a máquina los planos secretos y que él solamente los había dibujado.

El jurado consideró culpable al matrimonio, condenándolos a morir en la silla eléctrica. El drama conmovió a la opinión pública norteamericana y mundial y durante tres años de constantes apelaciones y reclamos, Julius y Ethel, desde sus celdas en la prisión de Sing Sing, escribieron hermosas cartas de amor y de fe en la humanidad.

Horas antes de morir, Ethel Rosenberg escribió a sus hijos Michael y Robert: “Recordaos siempre que nosotros fuimos inocentes y que no podemos violentar nuestra conciencia”.


http://www.mujeres.co.cu/art.php?MTM1NTk=

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