Fuera de serie

Hace un mes escuché una discusión callejera sobre la intensidad de sexo que logran tener las parejas formales y sus ventajas respecto a los solteros empedernidos, y de inmediato pensé en cómo se movería el temita en este foro.

Antes de seguir, aclaro que el grupo me intrigó porque era muy variopinto en edades, aspectos y radares sexuales. Por el escándalo pensé que hablaban de la serie de pelota, pero no: más bien alardeaban de ser campeones en eso de andar en pelotas y seguir fuera de serie, con o sin equipo estable.

Debo decir que me encantaron algunas anécdotas, aun cuando el lenguaje estuvo saturado de groserías y deportivos eufemismos. En especial me sorprendieron los averages sobre el tiempo y la energía que cada uno destina a garantizarse decorosas anotaciones, dentro y fuera del cuadro.

Juro que me abstuve de participar, solo di orejas y leí expresiones, pero en mi interior reí mucho con el grupo que votaba a favor de la soltería porque sus voceros manejaban un factor antropológico interesante, según ellos no válido para quienes prefieren estar quietos en base, viviendo de la creatividad y no de la adrenalina.

Por lo que entendí, en el estado (o etapa) de libertad, la certeza de pisar el cuadrilátero depende tanto de la estrategia de conquista como del rendimiento al bate, y como nunca sabes si llegarás a designado, cuando estás en zona no te conformas con un toque de bolas, sino que lo pones todo en dar un buen hit, de esos que levantan las gradas para corear tu nombre cargado de epítetos heroicos.

Aquellos solteros voluntarios (o resignados, porque había cada ejemplar…) defendían que se les daba mejor el juego como visitadores porque en una unión estable, sea de hecho o acuñada en papeles, les pasaba como en ese símil que le encanta a Jorge sobre las cuentas bancarias de uso común: de tanto meter y sacar acababan perdiendo el interés.

Sin embargo, conozco personas en este rinconcito que adoran despertar cada día con una buena carrerita en el cuadro, así sea de calentamiento, y otras que no logran conciliar el sueño si su pitcher no le sube una pierna en la cadera y se acurruca en su espalda con el guante lleno.

Dicen algunos de estudios que la estabilidad baja un 30 por ciento la frecuencia coital al final del primer año y luego decae otro dos por ciento cada seis u ocho meses. A ese ritmo, si no hay un episodio que los ponga en peligro (de vida o como matrimonio) y reactive la emoción de estar juntos, muchas parejas acaban en cordiales roommates en unos siete años, e incluso antes, si se ponchan con las trampas del estrés cotidiano.

¿Y eso es tan malo? Depende… No todos los proyectos de estabilidad se basan en las mismas motivaciones, ni todos los cuerpos tienen igual necesidad de ser zarandeados a diario hasta soltar medio litro de suero fisiológico (en cualquiera de sus modalidades).

Después de todo, se habla hace décadas de una crisis en el modelo tradicional de pareja, pero las tendencias apuntan al reajuste de estímulos, roles y límites (como en la polémica serie nacional), más que a disolver esa figura, en unos casos decorativa y en otros disfuncional (como ciertos managers y árbitros… ¡qué casualidad!).

Tan terrible no debe ser cuando algunos matrimonios duran décadas, y hasta hay quien elige vivir temporadas de monogamia secuencial, tema del que cierta forista puede aportar más criterios porque se ha dedicado a estudiar el asunto… para el debate en las peñas, claro está.  

En cuanto a la opción de aceptar refuerzos bien ranqueados cuando los regulares del equipo se lesionan o no dan la talla, esa tarde capté algunas interesantes propuestas: Usar venda en los ojos, regalar alianzas de fácil quita y pon, asumir las cornamentas como un aditamento necesario (como el casco que los bateadores lanzan sin compasión). Incluso uno confesó que anunciaba su llegada a casa con el celular, por si había alguien robando base... y no supe más porque llegó mi guagua y tuve que alejarme del grupito, justo cuando caían en las ventajas y desafíos de un bien logrado doble play.

 http://www.mujeres.co.cu/art.php?MTE5MTg=