Amanecer de enero en Revolución

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Las horas iniciales del primero del primer día de enero de1959 resultaron inolvidables para el pueblo cubano. El tirano que llegó una madrugada se fue en otra, pero cubierto de sangre y fango. Conocida su huida y la traición de un personero de la dictadura que permitió que en esos momentos decisivos se fugaran todos los grandes responsables del régimen, Fidel Castro, desde la Comandancia del Ejército Rebelde en el antiguo Central América, expresó:

“¡Revolución SI, golpe de estado, No!”. Y con visión política fijó la posición de la Revolución en aquel momento crucial. Era preciso impedir que se le escamoteara al pueblo la victoria e impartió las órdenes precisas: se debía estrechar el cerco sobre Santiago, enviar a Camilo y el Che a tomar Columbia y llamar al pueblo a una huelga general.

Aquel 1ro de enero de 1959 no fue uno más en el calendario. Nos trajo no solo un nuevo año, sino una época que transformó las relaciones de propiedad, la política, la economía, la educación y la salud y la igualdad entre hombres y mujeres; que traspasó los contornos cubanos para plantar semillas en los movimientos de liberación de todo el mundo.

Han transcurrido 62 años desde aquel enero de 1959 en que anunciamos al mundo que el triunfo revolucionario en Cuba era la culminación de las gestas por la independencia, el Moncada, el Granma y la Sierra. Habíamos ganado, como dijera Fidel en una de sus inolvidables comparecencias ante el pueblo, “el derecho empezar”.

Aquel enero resultó más radiante que ningún otro. Pocos  habían despedido el año viejo, pues la situación no estaba para fiestas y la gente se recogió temprano en sus casas. Habían sido años de sangrienta dictadura y, cualquiera podía convertirse en víctima de aquel régimen de oprobio.  De hecho,  la gente fue sorprendida en su despertar con la huida del tirano.

En las casas, las calles, barrios y avenidas del todo el país todo eran abrazos y felicitaciones. Se compartía la común alegría de aquella noticia y se celebraba en las calles, convertidas en un carnaval de felicidad. Hay fechas que marcan la existencia de los pueblos y aquel primer día del año 1959  en que  Cuba amaneció de verde olivo y tuvo en esa fecha la de su total independencia  y soberanía.

Pero como bien diría Fidel en su discurso del ocho de enero de aquel año fundacional, tras su arribo a La Habana, lo difícil estaba por hacer. Los balances y lo logros marcan alegrías, mucho sacrificio, el arrastre de un riguroso y agravado bloqueo, y a tenor de una pandemia que parece no darnos respiro, arribamos a un 2021 que avizoramos mejor, aunque no menos complejo, signados por la Revolución que rubricó nuestro andar. El crecimiento rápido, óptimo y feliz de nuestra nación, enfrascada de lleno desde este enero con la llamada Tarea Ordenamiento, vital para la estrategia económica y social del país y para su futuro.

Solo resta recordar una frase proferida por Vilma Espín, la inolvidable presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, años atrás:

“Cierto que todavía queda mucho por hacer y tenemos nuevas y trascendentales tareas por delante, pero ya nadie puede identificar en este país al que encontró el Ejército Rebelde en enero de 1959. Ya no somos las mismas” (ni los mismos).

Confiados en nuestra entereza y capacidad de caminar erguidos, seguimos nuestro propio camino como país.
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(Revista Mujeres )