¨¿Otra pandemia a la vista…?¨

Una de las prioridades que ha emergido con fuerza durante la actual pandemia del nuevo coronavirus en Cuba es la necesidad de conquistar la soberanía alimentaria y nutricional para garantizar la alimentación de la población. Con ese propósito se está convocando al pueblo a fomentar en todos los espacios posibles la agricultura urbana, suburbana y familiar, incluyendo la crianza de animales domésticos, dentro de ellos cerdos, como fuente alternativa de proteínas.

Como todo buen cubano, apoyo la iniciativa, que considero estratégica en estos tiempos de escasez. Sin embargo, creo oportuno alertar sobre la incompatibilidad de la crianza de cerdos, en el entorno urbano, con el medio ambiente, la higiene comunal, la salud humana y las normas legales. Argumentos sobran. Basta con echarle un vistazo a los reportes de la prensa, tanto nacional como extranjera:

La televisora internacional Russia Today publicó el pasado 30 de junio que ¨un grupo de investigadores ha alertado sobre el brote de una nueva cepa, llamada G4, de gripe porcina en China, que tiene el potencial de convertirse en una pandemia¨. Según la revista Science, ¨la cepa es el resultado de la combinación de otras tres: una semejante a las que fueron detectadas en los pájaros en Europa y Asia, el H1N1 que provocó la pandemia de gripe en el 2009 y otro tipo de H1N1 que apareció de una mezcla de los virus de la gripe aviar, humana y porcina¨.

De acuerdo con los científicos, el virus de la cepa "es el genotipo predominante en la circulación en cerdos detectado en al menos 10 provincias [chinas]". Hasta el momento, se han detectado dos casos de infección humana, que llevaron a la muerte de los pacientes. En ambos contagiados no ocurrió una transmisión de una persona a otra, pero los expertos advierten que este virus puede en el futuro adaptarse y propagarse entre personas¨.

Al respecto, el investigador estadounidense Robert Webster destacó que hasta el momento no se puede predecir con certeza si el virus empezará a transmitirse entre humanos y si el brote se convertirá en pandemia. "Simplemente no sabemos si una pandemia va a ocurrir hasta que la maldita cosa ocurra", indicó. Sin embargo, la bióloga evolutiva del Centro Internacional Fogarty de Estados Unidos, Martha Nelson, ha afirmado que "la probabilidad de que esta variante particular vaya a causar una pandemia es baja". En contraste, Edward Holmes, de la Universidad de Sídney, declaró que "de los datos presentados, parece que el virus de la gripe porcina está a punto de surgir en los humanos", añadiendo que "la situación debe ser monitoreada muy de cerca".

Por su parte, la agencia Prensa Latina también reportó, en esa misma fecha, que ¨científicos de China descubrieron en el país una nueva cepa de gripe porcina capaz de transmitirse a humanos y desatar una pandemia (…), la variante se identifica como G4 EA H1N1, surgió recientemente, los cerdos son sus portadores naturales y tiene todas las características para infectar a las personas.

Los investigadores urgen la monitorización permanente al respecto para evitar posibles contagios y un brote masivo que conlleve a una pandemia global, como la actual de la Covid-19. Incluso, advierten que el virus puede crecer y hasta multiplicarse en las células que recubren las vías respiratorias en los humanos, un indicio detectado en algunos trabajadores de mataderos de la industria porcina del país asiático.

China sufre desde agosto de 2018 un brote de gripe porcina africana que obligó a sacrificar a millones de lechones y disparó desde entonces los precios de su carne, la más consumida por su población.

Sobran los comentarios. Razones más que suficiente para evitar la crianza descontrolada y la convivencia con humanos de animales domésticos, como aves de corral, incluyendo las palomas, los llamados cerdos de traspatio, conejos y hasta jutías. Esa mezcla de especies tan diversas en espacios domésticos reducidos, sin una adecuada higiene y sin la solución idónea para la evacuación y solución de los residuales podría convertirse en una bomba de tiempo, derivando en un peligroso brote de enfermedades potencialmente infecciosas, además de la contaminación del manto freático.

El Decreto No. 110/1982 “Reglamento para la protección sanitaria del ganado porcino”, del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, todavía vigente, es bien claro al respecto. En su Artículo No. 9 esta norma jurídica dispone que “la ubicación de las instalaciones destinadas a la cría de ganado porcino deberá reunir los siguientes requisitos: inciso b) la distancia entre la instalación de crianza y otras instalaciones deberá ser la siguiente: 1 kilómetro de la áreas urbanas y suburbanas…¨

Por si fuera poco, las Regulaciones Territoriales y Urbanas contempladas en el Plan General de Ordenamiento Urbano de Ciénaga de Zapata -convertido en ley local por aprobación de la Asamblea Municipal del Poder Popular y el Consejo de la Administración Municipal- también prohíben terminantemente la construcción en los asentamientos urbanos (Playa Larga, Playa Girón y Cayo Ramona, además de Pálpite) de instalaciones para la crianza de animales domésticos, particularmente las porcinas, incluyendo los corrales.

Por tales motivos, hasta las cochiqueras que, en algún momento, fueron erróneamente autorizadas en esos poblados hoy están inventariadas en el Plan Integral de Enfrentamiento a las Ilegalidades de la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF) para su total erradicación. Algunas ya han sido demolidas y otras desactivadas en espera de su posterior reubicación en áreas periféricas, donde deberán ser dotadas de biodigestores.

Creo firmemente que no debemos repetir las amargas experiencias del Periodo Espacial, cuando en casi todo el país proliferó la crianza de cerdos hasta en los balcones de edificios multifamiliares y otros locales de los apartamentos, provocando la obstrucción y rotura de sus redes sanitarias. Un ejemplo similar lo tenemos en el propio poblado de Pálpite, donde hoy existe un grupo de viviendas afectadas por averías en su sistema de evacuación de residuales, que fue severamente dañado por el frecuente vertimiento de residuos porcinos.

En caso de que haya una contraorden de alguna autoridad facultada para ello autorizando la cría de cerdos en las zonas urbanas, sugiero que, al menos, se regule la cantidad máxima permitida de ejemplares y las normas higiénico-sanitarias a implementar, siempre con la correspondiente documentación legal de los organismos competentes: DMPF, Citma, Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología, Defensa Civil y Recursos Hidráulicos, entre otros. (Juan A. González, 1 de julio de 2020).